Algún sabio, de cuyo nombre no me acuerdo, no es que no quiera, dijo que los Seres
Humanos deberíamos tener:
Un infancia ................................. Feliz.
Una adolescencia ................. Rebelde.
Una juventud ........................... Alegre.
Una madurez ........................... Serena.
Una vejez .................................... Plena.
Suena bien. Veamos este:
Una infancia ............................. Plena.
Una adolescencia......................... Feliz.
Una juventud........................... Serena.
Una madurez............................. Alegre.
Una vejez................................. Rebelde.
Y éste, ¿Qué tal?
En realidad, podríamos seguir haciendo más "esquemas" sobre nuestro TIEMPO DE VIDA". Los occidentales lo hemos dividido así, en la actualidad, en 5 tiempos, interrelacionados y cada uno con sus características.
Pero, naturalmente, no siempre ha sido así. A lo largo de la historia europea, hasta bien entrado el siglo XIX, o sea hasta ayer mismo, se ha considerado que la humanidad tenía 3 momentos o fases :
Infancia, juventud y vejez.
De estos tres periodos, el menos importante era el de la infancia:
El infanticidio se practicaba profusamente: deformes, ilegítimos, pobres, siervos, etc. La prerrogativa de aceptar y reconocer al hijo era del Padre. Sí éste lo rechazaba se abandonaba al recién nacido en la calle y podía recogerlo o no, quien quisiera. A esto se le llamaba "exposición" del bebé, (niños expósitos).
Tal práctica era más común con las niñas que con los niños, (en algunos periodos de la Antigüedad, la proporción llegó a ser de 20 niñas por cada 100 niños).
A lo largo de la historia europea hasta fines del XIX y XX, la mortalidad infantil por causas naturales era muy elevada: enfermedades, mala alimentación, poca atención, trato inadecuado, descuidos, accidentes e incluso falta de afecto.(Estaba muy extendida la idea de que una madre afectuosa , besucona y cariñosa, era nociva para "producir" humanos fuertes y sanos). Por eso, un niño de pecho era poco valorado y sólo adquirían valor los niños que habían superado los 5 o 6 años.
Por estas razones, la infancia se describía como "una edad muy frágil" y para los que lo superaban, como una época de transición, que pasa rápido y de la que se pierde el recuerdo.
La pobreza secular de grandes sectores de la población europea conllevaba la práctica de incorporar al niño al trabajo desde los 5 años y las niñas pobres eran entregadas como sirvientas a partir de los 6 años. El niño era "propiedad del adulto", los padres pueden entregarlo, abandonarlo, venderlo.(Babilonia, Grecia, Roma, Europa).
En el siglo XII, la Iglesia decretó que no se podía vender a un hijo después de los 7 años. En Rusia no se prohibió legalmente hasta el siglo XIX.
Esta situación, explica, en parte, la escasa presencia de la infancia en el arte occidental.
Veamos:
En la cultura griega, tenemos que esperar hasta el periodo helenístico, (siglos III-I a.C.), para apreciar interés en el mundo infantil, y es que, ésta, es una civilización cosmopolita, políglota, próspera, muy abierta al estudio y la investigación y también amante del lujo , de lo frívolo, de lo decorativo y de los placeres. El arte lo refleja, los temas se multiplican, no basta con los dioses y héroes, aparece lo "menos importante" de la vida cotidiana, lo intrascendente y lo común.
Dos célebres esculturas Helenísticas: El Espinario ( el niño de la espina ) Bronce, siglo I a.C. y El niño de la oca, copia romana en mármol de un original en bronce del siglo II a.C.
Los hechos más cotidianos, quitarse una espina del pie o jugar con una oca, merecen la atención del arte en este periodo griego, al contrario que en sus periodos anteriores: Arcaico(Siglo VIII-VI a.C.), Clásico( Siglo V a.C.), Post-Clásico(Siglo IV a.C.) y su heredera, la civilización romana, continuó la tradición griega. Roma protagoniza un largo y fecundo periodo de la historia, desde su fundación en el siglo VIII a. C hasta el siglo V d. C., cuando se inicia lo que hemos denominado Edad Media (Siglo V d.C. -XV).
La infancia no tuvo representaciones a lo largo de la Edad Media, salvo el Niño Jesús, como es lógico suponer. Una sociedad Teocéntrica, dominada por la idea del "pecado original" y la negación del cuerpo masculino, pero sobre todo del femenino, considera que la infancia es un periodo de transición que hay que controlar con firmeza por parte de la familia, la Iglesia y los Estamentos superiores.
En el Renacimiento, (también en la Baja Edad Media, a partir del XIII), se desarrolla un nuevo tipo de religiosidad: Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza, le ha creado "libre" y "señor" del resto de las criaturas, por tanto, la imagen física (no solo la espiritual) toma mucha importancia. La sociedad renacentista y especialmente, la florentina del Quattocento, (siglo XV ), es individualista, aspira a la fama y a distinguirse de sus semejantes, y como es lógico triunfa el "retrato", la máxima expresión del individuo.
En esta sociedad Antropocéntrica, los niños serán retratados ,pero, no porqué se de importancia a la infancia, sino por ser príncipes o hijos de familias poderosas, como Los Médici.
El retrato es uno de los géneros más apreciados del Renacimiento. En las imágenes, Pinturicchio: Retrato de un niño. Ghilardaio :Un anciano con su nieto, (1.490), esta pintura de la que desconocemos la identidad de los retratados, es la obras más "cariñosa" o "humana" del Quattocento, la vejez se muestra con todos sus deterioros físicos,(no era habitual), incluso reconocemos la enfermedad del anciano, rinofina, pero el cuadro transmite serenidad, dignidad, respeto y conexión afectiva entre las dos edades representadas. Bronzino: Retratos de Giovanni de Médici y Bianca de Médici (siglo XVI). Los hijos y nietos de los Médici, son muy valiosos...representan alianzas y compromisos para mantener el poder y la gloria. También ellos sufren la gran mortalidad infantil, por ejemplo, Bianca de Médici, murió con 6 años, para gran dolor de su padre Cosme de Médici, era hija "ilegítima", de madre "desconocida", pero su padre, la amó y la educó como una Médici. Todo dependía de la suerte...podría haber terminado en un convento, abandonada, vendida,...pero esta vez, la decisión de su padre y su poderosa familia florentina, la salvaron.
Es en el Renacimiento Flamenco , en el siglo XVI, donde vemos una de las obras más hermosas sobre la infancia, esta sí, de un artista inclasificable: Pieter Brueghel el Viejo.
Este relato comienza estableciendo una relación entre infancia y felicidad, vinculando ambas ideas con la acción más necesaria, placentera y natural de la niñez: El juego.
Podríamos decir: Infancia + Juego: felicidad.
No sabemos mucho sobre este grabador y pintor flamenco, ni siquiera donde y cuando nació exactamente. Sabemos que el año 1551, ingresa en el gremio de pintores de Amberes. Sobre su periodo de formación, dado que P. Brueghel, tenía una base cultural refinada e impregnada de humanismo, deducimos que quizá se formó en el taller de Pieter I Coecke van Aelst, pintor erudito y latinista.
Realiza el viaje a Italia en 1552, etapa obligada en la formación cultural de los pintores europeos de la época. A su vuelta al país, entre 1553 y 1555, pasa a colaborar en la famosa imprenta de Hieronymus Cock " A los cuatro vientos". Flandes, entonces parte del Imperio, es la época de Felipe II, desarrollaba y controlaba entre otras actividades, la industria textil y la fabricación de libros, grabados y estampas (la imprenta).
Es un momento complicado políticamente, es el siglo de la Reforma y la Contrarreforma, y las guerras de religión, y nuestro rey Felipe II fue el campeón de la Contrarreforma católica, reprimiendo con dureza el protestantismo en los Países Bajos.
Brueguel el Viejo sintió interés por la obra del Bosco y sus temas satíricos y moralizantes, frecuentemente se les compara , pues tienen muchos intereses comunes:
la alquimia, la sátira, la cruda reflexión sobre la naturaleza, el humor como refugio de la estulticia humana, el gusto descriptivo, el interés por la figura humana,...
Parece una constante en la vida de Brueghel la disponibilidad a los estímulos, la ductilidad, la capacidad de acoger las sugerencias, profundizar y hacer suyas las experiencias, acercarse a los datos y reinterpretarlos.
Brueghel fue un gran narrador, considerado durante largo tiempo "un ilustrador popular" y "Pintor de los campesinos", Brueguel fue relegado a un género menor durante 4 siglos. De poco servían las declaraciones de geógrafos y
humanistas contemporáneos suyos que alababan su obra y su personalidad.
A fines del siglo XIX, en la recuperación por parte de la crítica romántica de muchos artistas olvidados por la tradición académica, Brueghel es redescubierto, apareciendo el primer catálogo de su obra en 1905, seguido de la publicación de un amplio y profundo estudio en 1907.
Desde entonces las definiciones se han sucedido a un ritmo constante: campesino y burgués, humanista, filósofo, pintor de género, paisajista y realista; y también la lectura de sus obras: en clave histórica, literaria, sociológica y esotérica.
Juegos de niños (1560), resulta un cuadro fascinante, como otras obras de nuestro flamenco: Danza de campesinos, Cazadores en la nieve, El triunfo de la muerte, los Proverbios, La parábola de los ciegos, La gran torre de Babel, etc.
Personalmente, me resulta reveladora de la personalidad de Brueghel: observador de la vida cotidiana con sus afanes, grandezas y miserias humanas, reflexivo, divertido (se dice que se disfrazaba de campesino para asistir como un invitado más a sus bodas y celebraciones) , humanista, irónico y realista.
Brueghel representa a unos 200 niños jugando a unos 80 juegos diferentes, en una plaza pública. La infancia es un tema moderno, hasta el siglo XVIII los niños son representados como adultos pequeños. Brueghel se adelanta a su tiempo, los niños ensimismados en sus juegos, nos recuerdan nuestra infancia y a la vez, nos hacen reflexionar sobre el espacio de nuestros pueblos y ciudades, de donde son expulsados los niños y los ancianos por "innumerables peligros" y relegados a patios y espacios interiores o a las famosas actividades extraescolares que agotan a cualquiera. Brueghel pinta este cuadro en los Países Bajos en el siglo XVI y sin embargo, el tema, tan moderno, es atemporal, nos divierte y nos hace reflexionar sobre nuestro urbanismo, los espacios públicos y el lugar que ocupa el juego en nuestra vida, más allá de los juguetes (con pilas, eléctricos, caros, baratos, de moda, etc.).Los niños, parece decir nuestro artista, solo necesitan espacio y tiempo, son dos necesidades que los adultos también tenemos, pero somos nosotros los responsables de que la infancia pueda jugar, pues a través del juego descubre la vida y la posible felicidad que alberga.
El juego verdadero solo es posible en la plaza pública, con sus "pequeños sustos": el pantalón roto, los calcetines llenos de barro, el balón perdido y pinchado, las risas y riñas con los otros, los arañazos en las rodillas, los secretos, los cuentos, las caídas por correr...!Como vienes!, ¿No sabes jugar sin mancharte?, nos decían nuestras madres al llegar a casa, siempre tarde, apurando hasta la última luz, ¿Dónde has estado?, por ahí, decíamos y no había que decir nada más. !Siempre pensando en jugar... a ver como salen las notas!, nos advertían con tono cariñoso.
Recuperar el juego en libertad, es recuperar la infancia, un tiempo feliz siempre que haya cariño, juegos y un buen bocadillo para merendar.
El siglo XVII, el gran siglo del Barroco y del Absolutismo, la situación respecto a la infancia sigue igual. El Antiguo Régimen se caracteriza por ser una sociedad Estamental, donde el Poder deriva de Dios y poco pueden hacer los humanos ante la voluntad divina que coloca a cada cual en su sitio. El barroco es el gran arte del Poder, sea religioso o político (Roma y Versalles son los modelos).Pero, el barroco tiene su lado "oscuro" o reflexivo en medio de tanta teatralidad y sensualidad. El lenguaje solemne y grandioso, se acompaña de las "vanitas", obras que reflexionan sobre la muerte y la inutilidad de acaparar bienes materiales. Y en este sentido, dentro del barroco naturalista aparecen los niños enanos y deformes que cumplen un papel importante en la vida de la Corte o como mendigos, criados...
Las 6 imágenes pertenecen al Barroco católico o del sur de Europa. Por orden: La mujer barbuda (1631) de José de Ribera "El Españoleto".
Retrato de Doña Magdalena Ventura que posa con 52 años junto a su marido y el menor de sus tres hijos. El retrato fue un encargo de el Virrey de Nápoles, mecenas de Ribera, que asombrado por el aspecto masculino de esta señora, quiso que se la inmortalizara. Doña Magdalena comenzó a sufrir este proceso (barba, calvicie, voz grave) a los 37 años. Se cree que padeció "hirsutismo". El mendigo joven (1650) de B. E. Murillo y Las Meninas (1656) de D. Velázquez, esta pintura es una de las mayores obras del arte universal por su riqueza y variedad de contenidos, aunque en este caso nos centramos en los personajes: La infanta Margarita, atendida por Doña Agustina Sarmiento y Doña Isabel de Velasco, meninas de la infanta. Menina, significa niña en portugués y se utilizaba para designar a las cuidadoras de las infantas. Les acompañan los enanos Mari Bárbola y Nicolasito Pertusano que azuza a un mastín, junto a personajes adultos como la dama de honor Doña Marcela de Ulloa, junto a un "guardadamas", el aposentador José Nieto, el propio Velázquez y la imagen de los reyes Felipe IV y Mariana de Austria. En total 11 personas y un perro. Las meninas, los enanos y el perro, son personajes claves para entender la vida cotidiana en la Corte de los Austrias.
Las dos imágenes, la cuarta y quinta, corresponden a la misma persona: Eugenia Martínez Vallejo, retratada desnuda y vestida, por Juan Carreño de Miranda, pintor de cámara de Carlos II, "el hechizado". A Eugenia se le conocía como "la monstrua" y fue una de los numerosos niños y niñas con problemas físicos y psíquicos que habitaron los palacios de los Austrias, vivían en la Corte como "gente de placer": enanos, bufones, deformes y locos .El pintor retrata a Eugenia desnuda, representando a Baco, dios del vino. La mitología era la escusa perfecta para hacer un desnudo y no caer en manos de la Inquisición. Las dos obras iban juntas: la "Monstrua desnuda" y la "Monstrua vestida". Eugenia tiene 6 años y 75 kilos cuando es retratada. Tuvo un éxito enorme en el decadente, triste y enfermizo reinado del último Austria, todas las damas buscaban su compañía para así resaltar su talle y belleza. Creemos que padeció el síndrome de Prader-Willi. Por último, "El pie varo", conocido como " El patizambo" de José de Ribera, el Españoleto (en Nápoles, a Ribera le apodaban así, "el españolito", por su pequeña estatura). El tema del niño mendigo es varias veces representado en el Barroco católico, muy influenciado por el naturalismo o tenebrismo de Caravaggio. El niño mendigo de Ribera nos sonríe con su muleta al hombro y el papel que sostiene en su mano, esta escrito en latín y dice así: "Deme una limosna, por amor de Dios". Este papel, autorizado por el virrey español, era el documento necesario para poder ser un pordiosero y vivir de las limosnas. Creo que sonríe porque, como diría un migrante de hoy en día: Tiene papeles. Es un mendigo legal y por tanto, un niño feliz. Esta obra, como las que pintó Murillo de los "pilluelos" sevillanos, iban dirigidas al mercado holandés. España carecía de una burguesía como la de los Países Bajos, muy aficionada a colgar cuadros en sus casas. En el XVII, Iglesia y la Monarquía, eran los principales promotores y por tanto, en el barroco español domina el tema religioso de la Contrarreforma.
Al barroco clasicista francés ,cuya máxima expresión es Versalles, tampoco le interesó la infancia y sí, la Mitología clásica, tema muy bien elegido para la glorificación del Absolutismo. Los dioses y diosas del Olimpo, con sus aventuras, amores, venganzas...son un tema muy apropiado para el enaltecimiento de Francia y su monarquía .Otro tema es el barroco protestante y su insistencia burguesa en la vida cotidiana y en los retratos gremiales. La pintura holandesa con sus famosos interiores y su laboriosidad calvinista, representa la fractura de una Europa dividida en 2: el norte, protestante y el sur, católico. Rembrandt ( holandés y protestante) y Velázquez (español y católico) sirven de ejemplo. Dos vidas diferentes en dos sociedades diferentes.
En Francia, en la primera mitad del XVIII, la aristocracia, cansada del modelo versallesco, tan ritualizado, solemne y aparatoso, busca disfrutar lo máximo de la vida, sin preocupaciones, buscando lo exótico, la evasión, lo íntimo y sensual, el juego erótico, la seducción, lo pícaro y lo festivo. Nada de realidad, la realidad es fea y grotesca y el mundo un teatro donde actuamos todos. Ha nacido el Rococó. Es muy común, confundir el barroco con el rococó, creyendo que este estilo es una prolongación o exageración del anterior.
Sin embargo, formal y conceptualmente, se oponen en sus objetivos y métodos. El rococó es la última expresión del Antiguo Régimen, el arte de una aristocracia ociosa, privilegiada, frívola e inconsciente, cuya forma de vida conoció "el principio del fin", con la Revolución Francesa de 1789. El gran pintor del rococó Fragonard, cuya deliciosa obra "El columpio" es como un "manifiesto" del rococó, murió en la miseria y denostado en los nuevos tiempos revolucionarios, precisamente por ser considerado un ideólogo y propagandista del viejo régimen aristocrático.
Nuestro pintor y grabador, Francisco de Goya, utilizó este lenguaje en sus famosos cartones para la Real Fábrica de Tapices, cartones con temas muy agradables como "el quitasol", "la gallinita ciega", "el columpio"....
Francisco de Goya, comenzó su vida profesional en Madrid realizando cartones para tapices en la Real Fábrica, entre 1775 y 1792. Es el reinado de Carlos III, la época del Despotismo Ilustrado, el rey es un cazador apasionado, los montes del Pardo y la sierra de Guadarrama son sus lugares preferidos, se amplían estancias en El Escorial y Aranjuez y son necesarios tapices de temas muy variados para decorar sus paredes. El espíritu del Rococó es genial para crear espacios íntimos y relajados. La Real Fábrica fue dirigida por Mengs, el pintor y teórico del Neoclasicismo y máxima autoridad artística del momento y todo lo que se realice será de acuerdo con las normas neoclásicas: La puerta de Alcalá, Cibeles, Neptuno, el Museo del Prado, el hospital de San Carlos(actual centro de arte Reina Sofía)...en arquitectura, escultura y pintura, en Europa y América. Pero, en los textiles para decoración de interiores, el Neoclasicismo resultaba menos atractivo. Las romerías, los majos y majas, los niños y sus juegos...son mucho más relajantes y lúdicos frente al neoclasicismo y sus temas morales, edificantes e históricos. El cartón "Niños cogiendo fruta", representa muy bien estos aspectos y entendemos la creatividad y libertad intelectual de Goya, que evolucionó y reinterpretó la realidad utilizando lenguajes diferentes hasta su muerte en Burdeos (Francia), el año 1828.
La Ilustración(siglo XVIII), es el primer movimiento moderno de la historia, supone el nacimiento del mundo contemporáneo y su influencia es determinante en la actual situación: la globalización, bien porqué nos consideremos hijos e hijas de esa filosofía revolucionaria y deseemos perfeccionarla y vivirla o porqué nos posicionemos en contra. La Ilustración tuvo y tiene muchos y poderosos enemigos, siempre fue un movimiento minoritario, en España en particular, donde fueron llamados "afrancesados" y demonizados por los estamentos privilegiados y la Iglesia(siempre temerosa de perder el poder). Ya que hemos citado a Goya, merece ser destacado como uno de nuestros grandes ilustrados, junto con Moratín cuya obra de teatro "El sí de las niñas", bien podría estar dentro de esta reflexión sobre infancia y arte. Goya fue ilustrado pero no neoclásico, es inclasificable y uno de los precursores más importantes del arte moderno.
La educación y la salud públicas, fueron campos donde la Ilustración actuó, preocupados por el analfabetismo, la ignorancia, la pobreza y las supersticiones
generalizadas. Un buen ejemplo de esta actitud moralizante fue William Hogarth, el pintor y grabador inglés. Al igual que Goya, tampoco fue neoclásico, y sí un gran crítico de las costumbres de su época, para lo que utilizó su famosas series de grabados .
La calle de la cerveza, donde existe una feliz normalidad se contrapone a La calle de la ginebra, donde el alcoholismo se ha adueñado de la población y el resultado es el desorden, las peleas y la degeneración total, ejemplificada en la imagen de la mujer harapienta, sucia y borracha a la que se le cae el niño, sin que ella se de cuenta debido a su estado de embriaguez. Los dos grabados de W. Hogarth de 1.751, apoyan " El acta de la ginebra" promulgado por el gobierno inglés ese mismo año, con el fin de "controlar" y "organizar" la fabricación, venta y consumo de ginebra. El consumo era tan corriente y exagerado, que ocasionó un gravísimo problema de salud y orden públicos. No se prohibió, no fue una barbaridad estúpida como la "ley seca" norteamericana (1920-1933), sencillamente, se tomaron medidas políticas, sociales y educativas para evitar una situación grave de salud pública. De hecho, aunque la ginebra nació en los Países Bajos a fines del XV y fue llevada al Reino Unido por Guillermo de Orange que accedió al trono inglés como Guillermo III en el siglo XVII, se considera una bebida inglesa perfectamente aceptada socialmente e incluso, elegante, gracias a la preocupación que sintieron los ilustrados del XVIII por la salud y felicidad públicas.
Se consideran estos dos grabados de W.Hogarth como el primer anuncio contra el consumo de drogas de la historia.
El XIX, fue el gran momento de la Revolución Industrial, que había nacido en el siglo anterior en el Reino Unido. Coincide con el gran desarrollo de la Burguesía que dirige la Revolución y con un siglo trepidante donde se suceden los movimientos artísticos: Romanticismo (con sus variantes: Romanticismo nórdico o protestante y Romanticismo del sur o católico), los Historicismos, los Nazarenos, los Prerrafaelistas, el movimiento Arts and Crafts, el Realismo, el Modernismo y sus variantes , el Simbolismo, Impresionismo, Neoimpresionismo y el Postimpresionismo. ! El siglo XIX da para mucho!
Es el momento de las ideologías:
El Liberalismo, el Socialismo Utópico, el Comunismo, Anarquismo, Nacionalismo y Feminismo que coinciden con el desarrollo del capitalismo y las nuevas clases producto de la Revolución Industrial : capitalistas y proletarios. Es también el siglo de los inventos: el ferrocarril, la luz eléctrica, el teléfono, la bicicleta, la fotografía, el cine,... y el desarrollo de las ciencias: medicina, arqueología, botánica, historia, etc.
Se produce la gran crisis de la artesanía y el empobrecimiento de los artesanos, muchos de ellos, se convertirán en obreros de esas nuevas fábricas que comienzan a ser protagonistas del paisaje. El debate fue muy intenso a partir de 1.850, Arts and Crafts con William Morris al frente, asumió la defensa de los artesanos y sus oficios y el Modernismo, su heredero, los consagró con éxito. La burguesía europea y americana enriquecida por la revolución industrial estaba deseosa de mostrar su éxito social, político y económico y el Modernismo de fin de siglo y principios del XX , con sus múltiples denominaciones: Art Nouveau, Jugenstil, Liberty,... proporcionará todo lo necesario para satisfacer las nuevas necesidades sociales: joyas, vidrios, cerámicas, muebles, textiles, arquitectura, papel pintado, carteles para publicidad y todo lo necesario para disfrutar de la vida, incluida la poesía, la pintura y escultura.
París sustituye a Roma como capital de las artes, y se convierte en el símbolo del refinamiento, el lujo y la bohemia, su "luz" brillará hasta los años 60 cuando Londres y sobre todo Nueva York, ocuparán su puesto. Es en este París decimonónico, donde nace y se desarrolla el primer estilo moderno que anuncia la revolución de las Vanguardias Históricas del XX: El Impresionismo. Así pues, el modernismo e impresionismo coinciden en el tiempo, desde 1875 hasta principios del XX. Ya tenemos una novedad respecto a épocas anteriores: No hay un único movimiento dominante, recordemos que el Gótico se desarrolló durante tres siglos, la vida era lenta, hasta que la revolución industrial le dio la velocidad vertiginosa que caracteriza al arte moderno :los movimientos y tendencias se suceden y para complicarlo más, muchos ocurren simultáneamente con principios y métodos opuestos.
Un invento tendrá un impacto enorme en en la sociedad en general y en el mundo de las artes plásticas en particular: la fotografía. La primera fotografía que conocemos data del año 1826, es un paisaje realizado por N. Niépce en su finca de Borgoña (Francia), y fue en 1839, cuando se hizo público el invento.
Como todo lo nuevo, la fotografía fue polémica, algunos pintores, (malos pintores), se asustaron mucho creyendo ver el fin de la pintura y otros, por ejemplo, Degas o Courbet, la adoptaron con naturalidad y profesionalidad, apreciando las facilidades que ofrecía. Por ejemplo, ya no era necesario hacer tantos apuntes para realizar una obra, se podían hacer fotos y luego trabajar en el estudio. Como todo, la fotografía tiene sus propios movimientos, grupos, tendencias e historia, muy relacionados con el resto de las artes, pero, con su propio lenguaje.
Desde el principio, el público estaba entusiasmado y ajeno a los debates de pensadores, artistas y demás. Todo el mundo quería ser retratado, el retrato fue la primera función del nuevo invento, y cuando George Eastman funda Kodak en 1888, en Rochester (Nueva York) y lanza su inolvidable eslogan: " Usted apriete el botón, nosotros hacemos el resto", la fotografía pasa a ser parte de la vida como un electrodoméstico más.
N. Niépce, allá a principios del XIX, cuando investigaba con el betún de Judea y otros químicos en su finca agrícola borgoñona, cómo conseguir una imagen sin dibujarla y obtuvo sus primeros resultados, no se imaginó, ni de lejos, a lo que llegaría la fotografía en poco tiempo. En menos de 50 años la nueva tecnología llegó a la clase media occidental y se ha convertido en la actriz estrella del relato contemporáneo.
Hablando de infancia y fotografía, es imprescindible recordar al fotógrafo norteamericano Lewis Hine, (1.874-1.940):
Lewis Hine (1874-1940), estudió sociología y comenzó su vida profesional como profesor de Geografía y Ciencias Naturales en una institución educativa neoyorkina, donde descubrió la fotografía como herramienta de investigación e incluso de docencia. Entre 1904 y 1909, realizó más de 200 placas fotográficas de la llegada de miles de emigrantes a Ellis Island, Nueva York y se dio cuenta de la importancia de la fotografía documental como herramienta para el cambio social. Muchas de sus imágenes se venden como posters y en tiendas de decoración, sin ser conscientes de la importancia que éstas tuvieron como denuncia en su tiempo. Las imágenes de Lewis Hine son estéticamente incuestionables pero es innegable que plasmó en sus fotos la indefensión, el riesgo, las penurias, la injusticia y lo inmoral de ciertas condiciones no solo laborales sino vitales.
A fines del siglo XIX y principios del XX, no era frecuente hacer fotografías ni los medios estaban tan profusamente ilustrados como hoy, quizá por eso, una imagen valía más que mil palabras. Hoy, saturados de imágenes de todo tipo, incluidas las que reflejan el dolor y la barbarie cotidianas, esta frase ha dejado de tener el mismo sentido que en la época de Lewis Hine.
De todas las situaciones sociales degradantes que observa, la que más le indigna es la de los niños condenados al trabajo. Presa fácil de un sistema basado en el lucro, y sin protección social alguna, deambulan por las ciudades como vendedores de periódicos, limpiabotas..., recolectan algodón o patatas en el campo y cumplen largas jornadas en fábricas, talleres, fundiciones o minas. Así que acepta formar parte National Child Labor Comitte, donde trabajará entre 1907 y 1917, desarrollando una ingente actividad como fotógrafo, articulista y conferenciante. Las más de 5.000 fotografías que realizó aparecerán en infinidad de artículos, carteles, panfletos, revistas, libros y exposiciones itinerantes. La idea dominante de todo el trabajo es acercarse a la realidad sin ambigüedad alguna, de modo que elige diferentes planos según lo que pretenda comunicar.
Tras la I G. M., recorre y fotografía la Europa de postguerra, contratado por la Cruz Roja.
De regreso a Nueva York, da un giro a su obra, el mundo del trabajo y las máquinas serán su centro de atención y para muchos, su obra cumbre: el reportaje sobre la construcción del Empire States Building entre 1930-31, donde enaltece el trabajo de los obreros, hijos de la emigración, que se elevan hacia el cielo, sobre el vacío, equilibristas sobre cables y vigas de acero. Algunas de ellas, son reproducidas constantemente y son iconos de la modernidad. Este trabajo fotográfico se publicó en el libro "Men at work" con el subtítulo "Photographic Studies of Modern Men and Machines".
Uno de nuestros grandes fotógrafos y quizá, el que mejor denunció la miseria y la injusticia, tendrá dificultades para realiza su trabajo en los últimos años de su vida. Lewis Hine murió en la miseria en 1.940, con muy escasos reconocimientos. Solamente los jóvenes de Photo Leage le reconocieron y se hicieron cargo del archivo, hasta que en 1955, la George Eastman House (KODAK), se convirtió en el principal centro documental de su obra.
Susan Sotag (2003), mantiene que las fotografías pueden denunciar o alterar una conducta si conmocionan al observador. Se trata de la característica más sobresaliente de las imágenes de Hine: la fuerza con la que comunicó lo que había que corregir en la sociedad de su época la unió admirablemente a su deseo de mostrar lo que había que apreciar.
Un fotógrafo muy diferente en su vida y su obra fue Charles Lutwidge Dogson (1.832-1.898), conocido por su seudónimo Lewis Carroll. Fue un diácono anglicano, lógico, matemático, fotógrafo y escritor británico. Mundialmente célebre por su obra "Alicia en el país de las maravillas"" y su continuación "Alicia a través del espejo".
De las más de 3.000 fotografías que realizó Lewis Carroll, muchas de las que faltan fueron destruidas de forma intencionada, han sobrevivido 1.000.También se han arrancado páginas de su diario. De las fotografías que existen, el 60% son de niñas con las actitudes y poses más variadas. Aunque Lewis Carroll fotografió a familias, paisajes, edificios, etc. no cabe duda, de que su pasión fueron las niñas.
Después de su muerte, comenzaron las acusaciones y sospechas sobre su persona: pederasta, excéntrico, raro,...incluso se le ha comparado con el músico M.Jackson y el complejo de Peter Pan. No existe ninguna prueba ni indicio que nos haga pensar que Lewis Carroll fuera un "abusador" o un pederasta. Sabemos que las imágenes que tomó las realizó con permiso e incluso, presencia de las familias de las niñas.
Su niña "musa" preferida fue Alice Liddell, para la que escribió "Alicia en el país de la maravillas", era amigo de la familia, retrató a todos sus miembros, a la hermanas Liddell y sobre todo, a su querida Alice.
Las 4 últimas imágenes son retratos de Alicia, en la segunda imagen y detalle, Alicia aparece disfrazada de mendiga, algo chocante para nosotros, pero debemos recordar que Lewis Carroll era muy cercano al movimiento Pictorialista( tendencia fotográfica del XIX que tomaba como referencia la pintura) y vivió en la época victoriana. Las escenificaciones más o menos teatrales y las caracterizaciones y disfraces eran muy apreciadas en la fotografía pictorialista, como vemos, por ejemplo, en la obra de la fotógrafa inglesa, contemporánea de Lewis Carroll, Julia Cameron.
Estudiosos de la obra de Lewis Carroll, concluyen en que no podemos saber hasta que punto los deseos sexuales de Charles influyeron en su preferencia en pintar y fotografiar niñas vestidas y desnudas. Él aseguraba que la preferencia era meramente estética y artística. Pero, dada la conexión emocional que transmiten las fotografías, posiblemente sintió más de lo que se atrevió a reconocer, incluso para sí mismo.
Voy a finalizar esta pequeña reflexión sobre la representación de la infancia en el arte, sin entrar en el siglo XX y XXI, pues Las Vanguardias Históricas y el arte moderno, merecen un apartado especial por su riqueza de propuestas conceptuales y formales. Se titulará TIEMPOS REVOLUCIONARIOS.
Pero, para terminar, un recuerdo para una mujer pionera de la fotografía: Eulalia Abaitua Allende-Salazar(1.853-1943):
Eulalia Abaitua fue una mujer perteneciente a la burguesía vasca, de una rica familia de navieros y armadores. Vivió en Liverpool con su numerosa familia, relacionándose con la prospera colonia vasca de esa ciudad inglesa, todos ellos relacionados con la industria y el comercio naval y casándose en Liverpool, en 1.871, con el que fue su marido y padre de sus cuatro hij@s. Ella tenía 18 años y su marido, Juan Narciso Olano,20 años.
Se desconoce el año exacto en el que abandonaron las tierras británicas, pero sabemos que en 1879 empieza la construcción de su casa en Begoña (Bilbao),llamado El Palacio del Pino, y fue allí, en el sótano, donde instaló su laboratorio y donde pasó horas y más horas seleccionando cientos de instantáneas que capturó con su cámara entre las últimas décadas del siglo XIX y las primeras décadas del XX.
Sus fotografías, documentan la historia; fue una reportera gráfica, que no desperdició ninguna oportunidad para atrapar imágenes, antes de que naciera el reporterismo.
Eulalia Abaitua rastreó los caminos con su mirada atenta y consiguió que su trabajo fotográfico, realizado con un lenguaje directo, sea una prueba rigurosa de la realidad de su tiempo. Eligió minuciosamente los asuntos a fotografiar centrándose en la sencillez de las gentes del pueblo, sobre todo en las mujeres, sin retoques, en su vivir común y en el tiempo de descanso. Su obra tiene 4 grandes apartados: La vida privada familiar, el mundo rural ( las imágenes que he seleccionado pertenecen a ese mundo) y el mundo urbano (Eulalia vivió el proceso de industrialización de Bizkaia y su gran contraste con el mundo rural que rodeaba a Bilbao), los viajes y los retratos de mujeres. Hasta el año 1990, Eulalia Abaitua fue una gran desconocida, nunca expuso ni publicó sus fotografías,(es un ejemplo claro de la situación de la mujer, ella retrató mujeres trabajadoras, que eran campesinas, vendedoras, lavanderas, "madres" y "abuelas",...pero, las mujeres de la burguesía "no trabajaban" ni se "exponían" al público).Después de su muerte, la familia entregó su obra al Museo Vasco de Bilbao que ha editado cinco catálogos de sus fotografías, una biografía, custodia y expone sus fotografías.
Fotografía de Eulalia Abaitua, siglo XIX, donde retrata las tres generaciones: Infancia, juventud y vejez, las tres etapas de la vida hasta la llegada de la modernidad.
Nota: El concepto de adolescencia aparece por primera vez en 1904 y toma fuerza a partir de la II Guerra Mundial,(1940-45), con el desarrollo de la sociedad de masas, el consumo y la cultura juvenil.
Próxima publicación: TIEMPOS REVOLUCIONARIOS. ( en preparación).
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